“Tenemos que empezar a cambiar la metodología de protesta y endurecer los reclamos en todo el país. No deberíamos descartar la vuelta a los piquetes. No sólo enfrentamos una masacre laboral, también un intento de industricidio”, señaló Rodolfo Aguiar.
El Secretario General de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar, encabeza un corte de ruta en la Autovía Brigadier Juan Bautista Bustos de la provincia de Córdoba contra el cierre de la Petroquímica Río Tercero, estrechamente ligada a la Fábrica Militar. “Tenemos que empezar a cambiar la metodología de protesta y endurecer los reclamos en todo el país” apuntó el dirigente y sentenció: “No deberíamos descartar la vuelta a los piquetes”.
“No sólo enfrentamos una masacre laboral, también un intento de industricidio. Exigimos la inmediata reincorporación de todos los trabajadores de Petroquímica Río Tercero que fueron despedidos y rechazamos cualquier intento de cierre de Fabricaciones Militares. Sin las fábricas, las ciudades se mueren. Tenemos que evitar que rematen todo el patrimonio estatal. Es defender los puestos de trabajo en la fábrica para defender nuestra producción e industria nacional y la soberanía de nuestro país”, apuntó.
El anuncio por parte de las autoridades de la empresa trae aparejado el despido de 125 trabajadores (del total de 370) y otro centenar de puestos de trabajo indirectos. A pesar que el Ministerio de Trabajo de la Provincia intimó a Petroquímica revertir estos despidos, la empresa apeló esa decisión.
Esta decisión también trae un grave impacto en la Fábrica Militar de Río Tercero, la cual produce a diario cerca de 80 toneladas de ácido nítrico, de las cuales más del 90% era vendido a Petroquímica para que pudiera producir TDI (diisocianato de tolueno). De esta forma, se pierde el primer comprador de este insumo y ya comenzaron los planes de retiros voluntarios para los trabajadores.
El deterioro de estas empresas es el resultado de una política económica impulsada desde el Gobierno nacional que pone en jaque a las economías regionales permitiendo el crecimiento de las multinacionales por sobre la industria nacional en todas las regiones del país, lacerando gravemente la soberanía argentina.