En un giro que solo la política puede ofrecer, los trabajadores municipales de Mar del Plata han utilizado un viejo video del intendente Guillermo Montenegro para destacar la desconexión entre sus palabras y su gestión actual. En el video, Montenegro expresa su amor por San Isidro, afirmando: “Quiero ser intendente de San Isidro porque amo San Isidro. Básicamente porque es mi lugar en el mundo, es donde viven mis hijos y mis amigos”.
Una Declaración Incómoda
Este fragmento, que en otro contexto podría parecer una simple expresión de afecto, aquí toma un cariz irónico y punzante. La comparación con Mar del Plata es inevitable y dolorosa. Mientras el intendente declara su amor a San Isidro, la respuesta de los empleados municipales es contundente: “La ciudad se cae a pedazos, no hay gestión, no le brindas servicio a la comunidad, solo te interesa subir las tasas y crear nuevos impuestos, y hacer negocios con tus amigos. Mejor andate a San Isidro, déjanos a Mar del Plata para los marplatenses.”
#stmmardelplata #paritariasYA pic.twitter.com/PoDM9GX202
— STMMGP (@MdpStm) June 25, 2024
El Desgaste de la Gestión
La crítica de los trabajadores no es solo un reclamo salarial; es una denuncia de la percepción de abandono que se ha instalado en Mar del Plata. La gestión de Montenegro, según ellos, se muestra más preocupada por la recaudación y los beneficios privados que por el bienestar de la ciudad. La nostalgia por San Isidro se convierte en un símbolo del descuido hacia Mar del Plata, exacerbando el descontento de una comunidad que siente que sus necesidades no son atendidas.