En marzo de 2024, los precios de los distintos cortes de carne vacuna registraron un aumento del 11% en comparación con febrero. En términos interanuales, estos cortes incrementaron su precio 272,6%, quedando por debajo del aumento general de precios de la economía (287,9%).
Es importante distinguir dos períodos diferenciados: en los primeros ocho meses, entre marzo y noviembre, los precios crecieron 92,7%, mientras que en solo cuatro meses de la actual gestión, los precios escalaron otro 93,3%.
Los cortes que más aumentaron fueron los “económicos”, con una suba del 11,9%, destacándose los aumentos mensuales de paleta y osobuco. Los cortes “caros” registraron un incremento por debajo del promedio (10,4%).
El precio promedio de la carne vacuna en supermercados mostró un alza del 18,5% en comparación con febrero de 2024, superando los aumentos en carnicerías (7,8%). Con este incremento diferencial, los precios entre ambos canales de comercialización quedaron prácticamente alineados.
En términos interanuales, las variaciones de los cortes de carne vacuna se encuentran por debajo del nivel general de precios de la economía. Destacan los de consumo interno: asado (265%), matambre (266%) y tapa de asado (278%).
El pollo, sustituto de la carne vacuna, subió de precio 15,5% en febrero, reduciendo la brecha en relación al asado: se compran 2,9 kilos de pollo con 1 kilo de asado.
El incremento del precio de la carne vacuna se tradujo en una caída del consumo. El consumo per cápita se situó en marzo 2024 en 42,6 Kg/hab/año, un 18,5% menos que en marzo 2023 (52,4 kg). Esto es a su vez reflejo de la menor capacidad de compra de los salarios, que medidos por RIPTE perdieron 19,2% en el período diciembre-enero-febrero.
En contraposición, se incrementó el consumo externo: las exportaciones en el primer bimestre del año se encuentran en el nivel más elevado de los últimos 50 años. En febrero 2024, crecieron 25,6% con respecto a febrero 2023.
Este comportamiento dispar entre demanda interna y externa amplió la brecha entre ambos indicadores. De este modo, podemos concluir que la carne que dejó de consumirse en Argentina fue depositada en el mercado externo.
En lo relativo a la oferta, la faena en marzo fue ligeramente inferior a lo registrado en febrero (ajustado por días operativos, -5%), ubicándose en los niveles más bajos de los últimos dos años, y 18,7% inferior al dato de un año atrás, en pleno período de seca.
En abril, pese a un incremento inicial en el mercado mayorista del 9%, los precios retrocedieron la segunda semana alcanzando un valor de $2063 el kilo vivo, un 6% por encima del precio de los últimos días de marzo.