Gustavo Barrera solicitó audiencia a Daniel Scioli para tratar la restitución del fin de semana largo de agosto

El intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, elevó un pedido de audiencia al Secretario de Turismo, Deportes y Ambiente de la Nación, Daniel Scioli, con el objetivo de discutir la necesidad de trasladar el feriado del 17 de agosto al 19, un cambio que permitiría la creación de un fin de semana largo clave para la actividad turística. Esta solicitud responde no solo a una lógica de impulso económico para la región, sino también a la tradicional Fiesta Nacional del Chocolate Artesanal “Chocogesell”, un evento cuya relevancia crece cada año y se ha convertido en un motor para la comunidad geselina.

El pedido de audiencia de Barrera se articula con la resolución del Honorable Concejo Deliberante, que ha instado formalmente a la Secretaría de Turismo de la Nación a reprogramar el feriado del 17 de agosto, inicialmente en sábado, al lunes siguiente. Esta acción busca transformar el feriado en una oportunidad de dinamización económica que, según sostienen desde Villa Gesell, es vital para los destinos que dependen del turismo. El pedido también cuenta con el respaldo del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, a través de su Secretaría de Turismo, que se ha sumado a la gestión como parte del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica.

En sus redes sociales, Barrera enfatizó la importancia de esta medida, subrayando que el corrimiento del feriado permitiría “generar trabajo en Villa Gesell y en todos los municipios turísticos del país”. El intendente hizo hincapié en la urgencia de la reprogramación para enfrentar la delicada situación económica actual: “Solicité al secretario de Turismo Nacional Daniel Scioli una audiencia para restituir el fin de semana largo de agosto. Los destinos turísticos de todo el país necesitamos el fin de semana largo para poder trabajar, potenciar el turismo y la actividad económica”, expresó Barrera, añadiendo que espera una respuesta pronta a su solicitud.

La postura de Barrera no es un simple reclamo administrativo, sino una manifestación de la tensión que atraviesa el sector turístico en un contexto de crisis económica. La reprogramación del feriado se presenta como una medida no solo deseable, sino necesaria para la subsistencia de las economías locales que dependen del flujo turístico.