El pasado viernes 26 de abril, se desató una ola de despidos que afectó a cientos de trabajadores postales en todo el país. Según los informes que recibimos de algunos lectores, el ambiente está cargado de angustia. Se estima que el número de despidos podría superar los 800, aunque la cifra final podría ser aún mayor.
La empresa postal, que se encuentra bajo control estatal, está implementando un plan de reestructuración que incluye la reducción de personal, con el objetivo final de privatizar la empresa. Hace unos meses, se implementó un programa de retiro voluntario para los empleados y se cerraron varias sucursales en diferentes partes del país. Ahora, la empresa ha comenzado a despedir tanto a trabajadores contratados como a empleados permanentes, sin tener en cuenta si tienen problemas de salud o familias a su cargo.
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Las sedes afectadas son numerosas e incluyen lugares como La Pampa, Córdoba, Neuquén, Catamarca, Tucumán, Tierra del Fuego, el Gran Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre otros. La próxima semana, la empresa planea añadir más opciones de retiro voluntario en su página web. Según algunos trabajadores, el objetivo es prescindir de alrededor de 6 mil empleados.
Un empleado con más de 20 años de servicio compartió el telegrama que recibió. El mensaje decía: “Le notificamos que, debido a la reestructuración y reorganización interna de la empresa, nos vemos obligados a prescindir de sus servicios a partir del día 27/04/24. Su liquidación final y los certificados de trabajo, según el artículo 80 de la LCT, estarán a su disposición en el plazo legal”. Según los informes, cientos de telegramas similares han sido distribuidos.
(laizquierdadiario.com)