El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) ha lanzado un duro informe que pone en evidencia la profundización de la crisis en el sector lácteo del país. Según los datos revelados, el consumo interno de leche alcanzó un preocupante 29% en mayo de 2024, lo que marca una caída significativa respecto al año anterior. El acumulado de los primeros cinco meses del año muestra una disminución del 19,5%.
El informe, titulado Análisis sobre la evolución reciente del complejo lácteo, destaca que en enero de 2024 se registró una disminución interanual del 1,9%, en febrero la caída fue del 20,6%, en marzo del 29%, en abril del 15,9%, y en mayo se alcanzó el nivel más bajo.
La situación del consumo es alarmante. Mientras que en Argentina se estima un consumo promedio de 200 litros de leche por habitante por año, el INTA indica que esta cifra ha bajado a 187 litros en la actualidad. El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) complementa este panorama oscuro al informar que, en 2023, se consumieron 192,8 litros por habitante, pero si se proyectan los datos del primer semestre de 2024, el consumo anualizado se reduciría a solo 122 litros por habitante.
Producción en declive: una década perdida
El sector productor de leche no está en mejores condiciones. En junio de 2024, la producción nacional fue de 841 millones de litros, una caída interanual del 7,1%. En términos acumulados, la producción ha disminuido un 12,6% en el último año. Abril de 2024 registró la mayor caída interanual en la producción láctea de los últimos ocho años, con un descenso del 16,2%.
Las ventas también muestran cifras desalentadoras: las leches no refrigeradas cayeron un 14,7% y las leches refrigeradas un 12,6% en los primeros cinco meses de 2024.