La pulseada entre el Ejecutivo Municipal y el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) se ha intensificado tras el rechazo de la propuesta salarial ofrecida por el intendente Guillermo Montenegro. El gremio, que representa a los empleados municipales, decidió retomar las medidas de fuerza luego de desestimar la oferta del 13% de incremento salarial en dos tramos. La primera parte del aumento, del 6,5%, se aplicaría sobre los sueldos de junio y se abonaría en julio, mientras que el segundo tramo, también del 6,5%, se pagaría en agosto sobre los sueldos de julio.
El STM llevó a cabo una consulta entre sus afiliados, permitiéndoles votar de manera virtual y presencial. Con un contundente 67% de votos en contra, los trabajadores expresaron su rechazo a la oferta paritaria presentada por el Ejecutivo. En respuesta, el sindicato ha anunciado una retención parcial de tareas por tiempo indeterminado, comenzando este miércoles, hasta que se presente una propuesta superadora.
Además de la retención de tareas, el STM ha organizado una “vigilia” en el Palacio Municipal, acompañada de movilizaciones periódicas y medidas para visibilizar el conflicto en diversas dependencias municipales. Este escenario plantea un desafío significativo para la gestión de Montenegro, quien ha reafirmado su postura en una reciente conferencia de prensa en el Centro de Operaciones y Monitoreo.
“Yo no voy a rifar el orden de las cuentas públicas porque es la plata de los vecinos,” declaró el intendente. “No prometemos una paritaria que después nadie va a poder pagar. La patronal acá no es un intendente, sino que son los vecinos.” Montenegro enfatizó que su administración no puede aumentar la presión impositiva ni desviar fondos destinados a otros fines específicos. “Lo que se ofreció es lo que se puede pagar. Tomamos la decisión de explicarles los números al gremio. No escondemos nada. El orden al que llegamos no podemos rifarlo,” sentenció.