Distanciado de Milei, el economista Carlos Rodríguez cree que el ajuste “no es sostenible”. Y arremete: “A pesar de todos los gritos que da, Milei caga a la gente y no da la cara. Es un cobarde”.
Carlos Rodríguez no habla con Javier Milei desde hace tiempo. A lo largo de la campaña, el entonces candidato a presidente lo había presentado como el futuro jefe de su Consejo de Asesores, donde también iba a estar Roque Fernández, otro exfuncionario del menemismo. No obstante, el referente del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina (CEMA), donde ejerce como profesor emérito, se alejó de La Libertad Avanza cuando Milei designó a Luis Caputo como ministro de Hacienda sin consultarlo. “Nunca lo asesoré. Usó mi nombre, nada más. Y yo caí como un chorlito”, despotrica Rodríguez, discípulo de Milton Friedman en la Universidad de Chicago.
Desencantado con la prédica y los manejos de Milei, el economista critica sin filtro la gestión del gobierno. Alerta sobre las deficiencias del programa de ajuste y la ausencia de un plan de ingresos. Y, ante todo, advierte sobre los efectos de la recesión. “Estamos yendo a una depresión económica y no veo cómo se va a recuperar la caída de la inversión”, reflexiona en declaraciones que realizó al diario La Nación.
-Hay un clima recesivo por el ajuste, ¿Milei debería anunciar un plan de estabilización?
-Milei tiene un modelo de ajuste con una sola variable en mente: la tasa de inflación. Y la gente lo apoya. El problema es que no hay un plan económico para atacar el equilibrio fiscal. Ha habido una brutal reducción del gasto en todos los ítems de la administración nacional, desde las transferencias a las provincias, la obra pública y los sueldos.
-Sugiere que el ajuste de Milei no es eficiente. ¿Requerirá leyes para consolidar esos recortes?
-El plan de ajuste es simplemente no pagar. En estos primeros meses hay reducción del gasto en todas las áreas. Yo no veo un plan. No se les transfiere plata a las provincias. ¿A cuáles? A todas. ¿La seguridad y los sueldos? No se da plata a nadie. ¿Obra pública? Se suspenden todos los pagos de obra pública. Milei tenía un plan para transferir la obra pública al sector privado a riesgo. Pero eso no apareció más. Simplemente se cortó el presupuesto. En algún momento las vías o trenes o rutas van a empezar a fallar.
-Milei asegura que, además de la “ley bases” y el DNU, tiene preparadas “3 mil o 4 mil reformas”. ¿Necesitará buscar consensos?
-Puede ser que las tenga. Pero si no te aprueban las reformas, ¿es apropiado parar el financiamiento de todo? Hay un brutal ajuste en el gasto, base caja, que no parece seguir ningún patrón. Pero reducir el gasto en sí mismo no es una meta sostenible o deseable. Es concordante con la meta de reducir el déficit y la inflación. La población no entiende, el FMI está feliz y los tenedores de bonos están contentos con cobrar en junio el AL30. Entonces, baja el riesgo país. No importa de dónde sale la plata, mientras la plata esté. Ojo con esos indicadores.
-¿Milei podrá atraer inversiones al país sin un plan sustentable?
-No soy maniático de que haya un plan escrito, pero faltan señales. Y si no hay señales, ¿quién va a invertir? No hay señales para invertir, consumir y gastar. La única señal es “escondé la plata que tenés porque te la sacan”.
-¿Puede haber una reactivación económica en forma de “V”?
-No veo una reactivación en forma de V porque eso viene cuando simplemente tuviste un susto exógeno, como ocurrió con el Covid. Era un virus que jodió; cuando pasó el susto, toda la capacidad instalada, la infraestructura y las reglas de comportamiento siguen siendo las mismas. Acá la Argentina no es la misma. El 10 de diciembre pasó algo. Les licuaste a los jubilados el 50% de sus haberes, pusiste un impuesto PAIS, querés reponer el impuesto a las ganancias. Están los liberales gobernando, no los peronistas. Hay un cambio fundamental en la estructura. Por más que cuenten la historia de que es culpa de Massa y los Kirchner, generaron una recesión de la gran flauta. Al mercado no lo va a convencer de otra cosa.
-¿Y Milei no genera confianza en los mercados?
-¿Milei fue forzado a tomar esas decisiones para sacarse de encima los males del kirchnerismo? Puede ser. Pero tomó medidas sin ton ni son, sin una estructura o un plan económico y, sobre todo, sin el apoyo político. Entonces, no convenció a nadie. Más que nada fue un plan licuadora. Y al plan motosierra no se lo ve mucho. Lo único que hizo fue paralizar la obra pública y anunciar despidos selectos. Muy lindos y los apruebo, pero son contratos que vencen. El sector público debe tener millones de empleados. Acá hay que cerrar dependencias públicas, pero no lo hacen.
-¿Por qué no instrumenta las medidas? ¿Falta de apoyo legislativo o mala praxis?
-Es que no pueden. Te van a decir que el Congreso no los ayuda. Es verdad, pero ¿para qué quiso ser presidente si sabía que no tenía poder político? Anunció planes grandiosos y después dice: “no los puedo hacer porque no me dan apoyo”. Ah, ¡qué vivo! Es lógico.
-¿Esperaba este giro pragmático de Milei? Por ejemplo, ordenó dar marcha atrás con los aumentos de las prepagas o le giró fondos a la UBA y negocia con la CGT.
-Se está dando cuenta de la realidad. Todos los economistas sabemos qué hay que hacer. Este [por Milei] salió como un cantor de rock y la gente le creyó. Pero no es más sabio que nosotros. Sus recetas son más viejas que Matusalén.
-¿El mérito de Milei fue tener capacidad para vender ideas?
-Supo vender las ideas que todo el mundo tenía en la cabeza, pero todos sabían que no se pueden instrumentar todas juntas y a lo bestia. Son ideas de pizarrón; la economía ideal. No se puede llegar al gobierno y hacer todo junto, al menos sin explicarlo o tener los votos.
-¿Cuánto cambió Milei respecto de las charlas que tenía con usted durante la campaña?
-Nunca lo asesoré. Usó mi nombre, nada más. Y yo caí como un chorlito. Fui un viejo estúpido: hablaba de “las fuerzas del cielo” y me comí el verso de que Milei era algo distinto, que iba a conseguir lo que decía. Nunca me dio bola ni me pidió un consejo. Tampoco me dejaban hablar en los medios.
-¿Milei no escucha los consejos de su entorno?
-No sé si no escucha al grupito íntimo. Fuimos muchos los no escuchados. Yo renuncié cuando nombró al ministro de Economía [por Caputo], sin siquiera consultarme. La única vez que le serví fue para ir a la reunión con el FMI. Le renuncié por Twitter para que después no dijera que me echó.
-¿Cómo definiría el liderazgo de Milei?
-Es un tipo raro. Decía que iba a hacer cosas que me parecían imposibles, pero cómo conseguía votos, yo seguí, a pesar de que no me daba bola.
-¿El Presidente aún puede intentar una dolarización?
-No. Ya dice que no va a dolarizar. Ese plan lo dejó de lado cuando se sacó de encima a [Emilio] Ocampo. Ahora habla de la competencia de monedas, pero ya no sé cuál es su plan. Tiene una personalidad rara. Va cambiando de postura. Eso es para un psicólogo, no para mí.
-¿La inflación podría volver a subir o la economía podría “entrar en una gran depresión”, como pronosticó Cavallo?
-Estamos yendo a la depresión y no veo cómo se va a recuperar la caída de la inversión. No veo al campo recuperándose, sino a sectores de la minería y el petróleo que están operados por grupos concentrados del extranjero. Son regímenes que no pertenecen a la Argentina. Tienen sus sistemas impositivos y laborales totalmente separados del resto del país.
-Dice que Caputo no le gusta porque es de las finanzas. ¿Qué le falta?
-Una concepción del ajuste estructural que hace falta en el sector público y privado. Lo único que vimos es una reducción de gasto en todos lados y una preocupación por acumular reservas para que baje el riesgo país y puedan entrar de nuevo los mercados de capitales. Es lo que haría un hombre de finanzas, como Caputo. En cambio, un economista estaría tratando de desarrollar un plan económico. Hay que hacer ajustes que sean sostenibles.
-Hasta el FMI le advierte a Milei sobre la calidad del ajuste y el impacto en la sociedad. ¿Prevé que no le darán fondos en el corto plazo?
-El Fondo se está cubriendo; nada más. Ahora está hundido porque le debemos 45 mil millones y no nos puede prestar más. El board no lo va a permitir. Lo único que nos puede prestar es para que le repaguemos.
-¿El FMI se cubre ante la chance de que a Milei le vaya mal?
-Se cubre para que no lo critiquen. Pero lo que está pasando es una matanza con los jubilados o los sueldos del sector público. Es cierto que el sector público está sobreexpandido, pero fíjate dónde está la sobreexpansión. No podemos bajarles a todos 30, 40 o 50% los sueldos porque hay sectores que los va a precisar. El Estado no es el demonio. Con esa frase te vas a quedar sin nada.
-Milei dice que es “una organización criminal”.
-No es tan así. Va y da esos discursos y después lo nombran entre “los cien personajes más importantes del planeta”. Y acá se va a convertir en uno de los cien personajes más odiados del país. Todavía no lo es porque la gente no entiende lo que está pasando. Pero cuando miren el ajuste y se den cuenta de que está cortando a troche y moche, sin distinguir…
-¿Cree que Milei podría pagar un alto costo por su apuesta a la licuación y suba de impuestos?
-Es la recesión o depresión que hará bajar más y más la recaudación. Entonces, va a precisar más impuestos. No tiene más remedio; de lo contrario, va a tener que emitir.
-¿Se aleja la meta del déficit cero?
-Se aleja. Fíjate que en marzo ya tuvo déficit primario y financiero. Lo que pasa que en el primer trimestre se compensa con el colchón que tenía, pero ya no puede licuar más. La inflación está cayendo. Entonces, baja la licuadora de ingresos. La presión social para que haga ajustes nominales en los ingresos está subiendo. La inflación ya va a venir al diez o nueve en abril y las demandas de ingresos de los sindicatos vienen al 20. Con los jubilados y el sector público le va a pasar lo mismo. Entonces, la licuadora se le va.
-¿El tipo de cambio está atrasado, como advierten varios economistas? ¿Milei debería devaluar? Él dice que es una “estupidez”.
-Yo lo escuché a Caputo decir que ellos hicieron estudios que dicen que el tipo de cambio histórico de 550 estaría bien. No lo puedo creer. Después dijo: “vamos a flotar y veremos a dónde va”. Eso sí está bien.
-¿No es factible que levante el cepo en el corto plazo?
-Por los pases y el Bopreal. Los pasivos son más de $33 billones. Y si levantan el cepo, no sé a qué valor sería. Tenés que hacer un plan Bonex en ese caso. No tiene más remedio. Y como no lo quieren hacer, no lo levantan [el cepo].
-¿No hay un esquema económico macro sostenible?
-Es que esto no es un esquema macro. Te repito. Recortar el gasto con una licuadora, no pagarle a nadie y decirle ‘jódanse”, yo no lo veo como un plan macro sostenible. Duró un par de meses, y generaste una recesión. Pero los economistas somos gente rara. Hace quince días, (Ricardo) Arriazu dijo que este plan es una maravilla y que en abril empezamos a crecer. Es un nombre respetado. Yo no lo creo.
-¿A qué atribuye el recule del Gobierno en el tema de las prepagas?
-Eso se debe a la falta de planes. Milei liberó los precios completamente, que se fueron a la miércoles, antes de flexibilizar el mercado laboral y de crear un nuevo sistema de ajuste de jubilaciones. Entonces, creó una recesión con un mercado laboral imperfecto. El jubilado que le bajan la jubilación no tiene alternativa, con su ingreso nominal. Liberaste los precios en un país en el cual los ingresos no pueden subir. Les puso tope a las paritarias y no hizo una reforma laboral. La Argentina es un país sin reglas. Lo único que hizo Milei es devaluar 118% y permitir que los precios subieran. Eso se llama licuadora. No hay nadie que pueda beneficiarse de eso, salvo los dueños de esos sectores específicos, donde el Gobierno dejó de pagar los subsidios o los dueños de las prepagas, que ahora los cagó. Lo último que había que cambiar era el subsidio al transporte. Este subió los precios de alimentos y los sueldos de la gente siguen igual. No la ve, porque no ven el equilibrio general. No ve que están gobernando gente. Hace pelota a la clase media, que no se puede mudar.
-¿Y para quién gobierna Milei?
-Gobierna para la inflación, no para los ingresos. No ve la enorme redistribución y cambios de precios relativos. Él dijo que iba a bajar la inflación y está chocho de la vida. ¡La manera más fácil de bajar la inflación es subirla, para que después baje! Y esto es lo que hizo: la subió al 25% y ahora está feliz porque la bajó al 11%. Pero si Massa la tenía al 6%.
-Pero sus asesores creen que van a tener apoyo popular si bajan la inflación…
-Porque cuenta el relato en las redes sociales. ¿Saben lo que le va a costar llevarlo al 6% y que sea sostenible? Yo insisto, no tiene plan. Si el plan es mantener el gasto público congelado en términos nominales, se lo van a comer crudo. La opinión pública se da vuelta de un día para el otro. Ahora les subió a las universidades, pero sin plan. No hay un plan de ingresos. Volvimos al que no llora, no mama. Ahora van a protestar los sindicatos, artistas y gobernadores.
-¿El conflicto con los gobernadores por los recursos podría escalar frente a este escenario? Hay varias provincias con problemas financieros.
-Estamos en la misma Argentina de siempre. A Milei le va a costar negociar ahora el apoyo de la ley de Bases con los gobernadores, si no vuelven las transferencias discrecionales. Y encima está mostrando una enorme debilidad en el manejo de su propio partido. Veo mucha pelea interna en LLA. El desmanejo personal de la gente es impresionante. A Roque (Fernández) y a Darío (Epstein) los ignoró.
-¿Qué opina sobre el funcionamiento del Gobierno? ¿Hay falencias en la gestión, como creen muchos gobernadores o intendentes?
-No hay gestión. Es lo que me dice todo el mundo. Lo que pasa es que nadie se anima a hablar en contra del Presidente. No sé qué temor le tienen a la figura presidencial en Argentina. Lo que pasa es que todos están todos prendidos de la teta. La ley bases le da poderes extraordinarios por un año. Pero sin capacidad de gestión, no va a poder hacer nada. Estamos en una situación problemática, porque si se va este, ¿quién viene? Ahora se ha puesto de moda la frasecita: ¿y si sale bien? Pero y si sale mal, ¿cuál es el plan B?
-El Senado aprobó un aumento de las dietas. ¿Usted cree que se requiere una reforma política para ir hacia un sistema unicameral?
-Es un sueño el proyecto de reforma política que propuse en los noventa. Somos muchos los que estamos preocupados por el rol del Senado, hace décadas. Hasta Duhalde propuso un sistema unicameral para la Nación. Y te vienen con lo mismo: ‘Ah, entonces gobernaría La Matanza’. Y bueno, querido, es la Argentina que tenemos. Entre que gobierne La Matanza y gobierne Formosa, ¿por qué le voy a dar tres senadores a Formosa o al Chaco o Santa Cruz, que eran territorios nacionales? ¿Por qué? Mejoremos la Matanza, que sea un centro industrial, eduquemos a esa gente. Al fin y al cabo, quién gobierna, ¿la gente o el territorio? No son provincias, son feudos que se crearon. Todos los diputados y senadores responden al gobernador.
-¿Cómo explica el interés que genera Milei en el exterior?
-Porque no entienden lo que miramos. Lo ven con la motosierra cortando el Estado. Pero eso yo lo vengo diciendo desde el año verde. Pongo el dibujito, lo doy en clase. El gasto público era 25% del PBI, constante con los militares, con Alfonsín, con Menem, que con el segundo gobierno bajó. Y de golpe vienen los Kirchner y lo suben a 45%. ¿Cómo se hace para bajarlo? Agarro el presupuesto y miro cuáles eran las partidas en el segundo gobierno de Menem y cuáles son las partidas ahora. Y la respuesta es la Anses y los planes sociales. No cabe duda.
-¿Le sorprende que Milei no toque el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego?
-Por supuesto, está Macri atrás. Y es obvio. Milei no toca nada. Es un cagón, a pesar de todos los gritos que da. Caga a la gente, pero no da la cara. No contesta el WhatsApp y se acabó. Milei es un cobarde.